Bad Bunny fue objeto de una amenaza de muerte considerada «creíble» por las autoridades federales durante su residencia artística en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, según reveló el periodista puertorriqueño Jay Fonseca. La situación movilizó al FBI y otros funcionarios federales durante la serie de 31 conciertos que el ícono del reguetón ofreció entre julio y septiembre de 2025 en San Juan.
El mensaje intimidatorio se realizó en línea, aunque Fonseca no especificó la plataforma ni el contenido exacto. Las autoridades lograron identificar al presunto agresor y confirmaron que estaba armado, lo que elevó el nivel de alerta. Jay Fonseca, periodista independiente y exreportero de Telemundo, publicó el 24 de septiembre en su cuenta oficial de X: «La amenaza de muerte contra Bad Bunny fue creíble. La persona fue identificada y estaba armada. El FBI y otros funcionarios federales estuvieron presentes durante la residencia. No está claro si estuvieron en todos los conciertos.»
El Buró Federal de Investigaciones se movilizó y estuvo presente en el Coliseo durante la residencia como medida preventiva ante el riesgo potencial. No se ha confirmado si su presencia fue constante durante los 31 conciertos. Hasta el momento, ni el FBI ni las autoridades locales han emitido un comunicado oficial sobre el incidente, tampoco se ha informado si hubo arrestos o acciones judiciales contra el presunto autor de la amenaza.
Bad Bunny inició su residencia artística el 11 de julio de 2025 con el espectáculo «No Me Quiero Ir de Aquí», que se extendió hasta el 20 de septiembre. La producción incluyó una réplica a tamaño real de «La Casita», la vivienda utilizada en su videoclip «Debí Tirar Más Fotos», ubicada en Humacao. Fuentes cercanas al evento confirmaron que se reforzaron los protocolos de seguridad en el recinto, incluyendo revisiones adicionales y presencia de agentes encubiertos.
Este suceso se suma a otros incidentes recientes. El 21 de septiembre se reportaron dos tiroteos frente a la famosa «Casita» en Humacao. Aunque no hubo heridos, el propietario Román Carrasco Delgado denunció gritos ofensivos y disparos al aire. Carrasco también presentó una demanda civil contra Bad Bunny y sus empresas por el uso no autorizado de la imagen de su propiedad, reclamando cinco millones de dólares por daños emocionales, pérdida de privacidad y enriquecimiento injusto.
