Estados Unidos. El gigante mundial del café Starbucks anunció el cierre masivo de 500 sucursales en Norteamérica y una ola de despidos que afectará a miles de empleados antes de que termine el año fiscal 2025.
La decisión responde a seis trimestres consecutivos de caídas en ventas dentro del mercado estadounidense, lo que obligó a la compañía a implementar un plan de emergencia valuado en 1,000 millones de dólares para intentar recuperar su posición en la industria.
El programa estratégico «De vuelta a Starbucks» contempla la eliminación de locales con bajo rendimiento en Estados Unidos y Canadá, incluida la histórica tostadora de Seattle. La empresa reducirá su presencia de 18,734 cafeterías activas a 18,300 unidades operativas en la región.
La compañía busca reorientar sus recursos hacia la experiencia del cliente y el servicio en cafetería, alejándose del modelo de expansión agresiva que mantuvo durante años.
Miles de trabajadores de tienda recibirán notificaciones de despido esta semana, aunque Starbucks prometió reubicar al personal en sucursales cercanas cuando sea posible. Para quienes no logren conservar su empleo, la cadena ofrecerá indemnizaciones completas y programas de apoyo.
El ajuste también eliminará 900 posiciones corporativas, con lo que los recortes alcanzarán tanto a empleados de mostrador como a personal administrativo y de oficinas centrales.
La crisis se intensifica bajo el mando de Brian Niccol, exdirector de Chipotle que llegó al puesto de CEO en 2024. Niccol implementó un congelamiento inmediato de contrataciones: procesos de selección quedaron suspendidos y múltiples vacantes permanecerán sin cubrir.
El plan incluye modernizar el diseño de las cafeterías, reducir costos operativos y frenar la fuga de clientes en un mercado cada vez más saturado de competidores.
«Seguiremos gestionando cuidadosamente los costos e invirtiendo en áreas clave que aseguren el crecimiento a largo plazo», señaló Niccol en un comunicado oficial.
La estrategia busca que Starbucks recupere el protagonismo perdido y vuelva a posicionarse como líder en una industria donde la competencia presiona cada vez más fuerte.
El desenlace de esta transformación radical definirá si la marca logra salir de la peor crisis de su historia.